5 de febrero de 2024

El último viaje del tranvía de San Juan

Con la muerte del tranvía o trole, el año de 1946 marcó el final de una era en la transportación en la ciudad capital de San Juan. El suceso quedó inmortalizado en los medios noticiosos del país, entre ellos, el periódico El Mundo en el cual Enrique Ramírez Brau, redactor del diario en aquel momento, escribió un extenso artículo describiendo el último viaje del querido 'trole'. El artículo fue publicado el miércoles 2 de octubre de 1946.1 A continuación incluyo una transcripción y fotos2 para el deleite de aquellos interesados en la história de este importante medio de transporte:

Figura 1. Artículo sobre el último
viaje del tranvía.


Un ruidoso pasaje llegó hasta la última parada - Termina un servicio que se inició en San Juan hace 45 años. Lucchetti aún no sabe cómo se absorberá personal


Ayer entró en San Juan, a las 12 y salió a las 12:07, llegando en su viaje final al antiguo parque Borinquen, a las 12:45 A.M., el tranvía 'apaga luz' número 4, con el cual terminó, después de 45 años de servicio, el mas simpático y cómodo medio de transportación de pasajeros, desapareciendo de la Capital un atractivo más 'del San Juan que yo amo...'

El motorista Pedro Cortés Chévere, el benjamín de la Compañía, fue el empleado a quien le cupo el privilegio de conducir el tranvía número 4 en su último viaje. Al entrar en San Juan, Cortés le cedió el mando a Faustino Sotomayor, exsuperintendente, quien condujo el tranvía por el casco de la ciudad. Sotomayor había renunciado como empleado de la AFF, para ingresar en la Autoridad de Transportación, después de algunos años de pertenecer a la Compañía de la Luz.

El tranvía número 4 iba atestado de pasajeros de todas las esferas sociales. Parte del público cantaba y gritaba, y algunas personas iban metiéndose en los bolsillos como recuerdo, las pequeñas bombillas del alumbrado del vehículo.


Figura 2. "El coche número 4, último en prestar servicio, en los
momentos en que iniciaba su último viaje por la capital,
cuando numerosas personas pugnaban por abordarlo
en su deseo de dar el último paseo en trole"

Al llegar a la caseta de la Parada 9 1/2, esperaban el tranvía para despedirlo, los veteranos de su servicio, Victor Ayestarán, quien había trabajado 35 años en la línea, habiendo sido motorista e inspector -, con 60 años de edad; José Castro, con 35 años en la línea, como motorista, conductor, 'starter' e inspector, también de 60 años; había servido como 'starter' en la estación de Río Piedras y 20 años en la caseta de la Parada 9 1/2; Adolfo Carrión, de 65 años, quien había ingresado en la Compañía en 1906, y había renunciado en 1912 para más tarde incorporarse de nuevo al servicio. Fue Carrión, 'starter' e inspector, y estuvo 23 años de servicio en la Parada 9 1/2; Juan Pacheco Vidal, el empleado más antiguo, con 38 años de servicio, con 59 años y quien trabajó como conductor, 'starter' e inspector; y Juan Ramón Irizarry, el inspector mas joven. Este también había servido como motorista. Tiene 43 años. También vimos en la caseta, a Demetrio Fusá, con 23 años de servicio. Había sido motorista, conductor y desde hacía 3 años, inspector.

Figura 3. Motoristas:3
  • Emilio Lorenzano
  • Juan R. Irizarri (inspector)
  • Agapito Pumaredo
  • Arturo Santiago
  • Jesús Berríos
  • Ramón Irizarri
  • Ricardo Alvarado
  • Secundino Pereles
  • Agustín Díaz

Todos mostraban una gran pena. Porque así como se le toma cariño a un mueble o a un sitio, así como se ama un pedazo de tierra o un paraje, de igual manera se le tiene afecto al sitio en que uno trabaja o a los implementos que le fueron útiles; el soldado ama su fusil, el carpintero su viejo martillo, y estos hombres sus troles, y el camino que acostumbraron a recorrer.

Figura 4. Inspectores:
  • sentados:
    • José Castro (31 años de servicio)
    • Adolfo Carrión (34 años de servicio)
    • Juan Pacheco Vidal (38 años de servicio)
  • de pie:
    • Demetrio Fussá (23 años de servicio)
    • Víctor Ayestarán (35 años de servicio)

Cuando los representantes de la Prensa que viajaban en el tranvía 'apaga luz' llegaron a la caseta y se hallaban conversando con los inspectores, se presentó el señor Antonio Lucchetti, director de la AFF. Nuestro redactor Carlos Rechani, a quien los inspectores le habían entregado, al igual que a los demás reporteros, el último transfer 'ponchado', sobre el cual habían estampado sus firmas, le pidió al señor Lucchetti que firmara también el transfer, negandose Lucchetti a ello, manifestando que no veía la rezón para firmarlo, porque el no era empleado de la ©ompañía, ni tenía que ver nada con el trole. Dos minutos después subía el señor Lucchetti al tranvíá 4, dirigiéndole breves palabras a los pasajeros para que observaran compostura y orden.

El autor de ests notas, en presencia de los inspectores y otros empleados de la Compañía, se dirigió al señor Lucchetti, inquiriendo de éste cual habría de ser el futuro de aquellos hombres que habían trabajado tantos años en la línea, con eficiencia y lealtad, respondiendo Lucchetti que 'eso era una cuestión de cálculo, que estaba muy cansado, acababa de salir de la oficina y que no podía complacernos...'

En el parque Borinquen, el último vellón del pasaje, lo pagó Carlos Rechani Agrait, con un 'bufalo', de 1927. El motorista Pedro Cortés lo guardó, diciendo que lo entregaría como recuerdo a Sotomayor. Iban de pasajeros en el último trole los compañeros Jorge Felices, E. Combas Guerra, Sergio Perez Grau, Carlos Rechani y Enrique Ramírez Brau. En San Juan, frente a la plaza Brau, Combas Guerra tomó la rueda, mientras el público prorrumpía en exclamaciones de simpatía.

Sobre la historia del tranvía eléctrico, el autor relata los siguientes detalles que le fueron suministrados por empleados de la compañía durante el evento:

Fue en el año 1900, en sesión celebrada en el ayuntamiento, el 30 de abril, con asistencia del Alcalde presidente don Manuel Egozcue Cintrón y los concejales doctor Jacinto Zaratt, don José Bazán, don José Pilar Miranda, don Luis Bobonis, don Manuel Reyes Silva, doctor José M. Marxuach, don Julián Silva, don José G. del Valle, don Ceferino del Valle, Emigdio S. Ginorio y el licenciado Herminio Díaz Navarro, que se autorizó a John A. Wilson para usar las calles de San Francisco, San José y el Recinto Sur, con la vía del tren eléctrico, ajustándose a la Ley de Ferrocarriles, de modo que el ancho de la vía no habría de ser mayor de 4 pies.4 En esta autorización de franquicia, se acordó además que al establecer el servicio de tranvías, prestaría la compañía una fianza; que los policías, bomberos y empleados en sus funciones públicas no pagarían pasaje; que la empresa daría luz gratis a las plazas Baldorioty y Colón; que la concesión que se hacía no habría de perjudicar los derechos que hubieran adquirido los vecinos y que cuidarian de la vigilancia de los sitios en que pudiera haber peligro para el transeunte.

A la histórica sesión no concurrieron tres consejales del Partido Republicano y uno del Partido Federal. Después de terminada la sesión la Compañía obsequió a los miembros del Ayuntamiento con un banquete.

Un año después de la concesión, allá para el 1901, se inauguró el servicio del trole. El tranvía número 2, iba guiado por John A. Wilson, y en el viajaban representativos del mundo oficial. Manolo Palacio iba como pasajero. Otro tranvía iba el primero, limpiando la vía. Entonces los troles entraban por la plaza Colón, subían por San Francisco y bajaban por detrás del hoy edificio federal, pero como se descarrilara un tranvía debido a la violenta pendiente que entonces existía (hoy está más rebajado el terreno) se convino en que el trole al llegar a la plaza Baldorioty5 retrocediera, bajando por la calle Brau6. Tenía entonce el tranvía dos motores o dos controles y el motorista se trasladaba de un extremo a otro para regresar. Yo ví levantar los adoquines para hechar la vía del trole. Tenía entonces siete años. Recuerdo, si la memoria no flaquea, que la inauguración tuvo lugar a raíz o poco después del incendio del muelle de espigón.

Tuvo la Compañía del tranvía varios nombres: San Juan Light Transit Co., Puerto Rico Power Co. y Puerto Rico Railway Light & Power Co. Los constructores del tranvía fue la J. G. White Co., de Nueva York, según informó un veterano del servicio.

Este viejo servicio que hoy desaparece suspendió, cuando la tormenta de San Felipe, en 1928, la ruta con Río Piedras. El año 1911 se echó la vía por el Condado.

Un dato curioso es el de que la vez que más tranvías tuvo la Compañía en el servicio fue de 1912 hasta el 1926. Había entonces 36 troles en todo el servicio. De 1901 a 1908 únicamente había 8 carros en las rutas, y al terminar ayer este servicio de transportación, rara coincidencia, solamente tenía la Compañía en el servicio 8 troles.


Más información sobre el tranvía de la Capital en la página: El tranvía de San juan a Río Piedras...

Notas


1. Fuente: (1946, octubre 2). Un ruidoso pasaje llegó hasta la última parada. El Mundo. p.7.

2. Las fotos del evento publicadas con el artículo han aparecen intercaladas dentro del post.

3. El artículo no menciona el orden o quienes estaban sentados o de pie. La foto de los inspectores sugiere que quizas se mencionan los sentados primero seguido de los que están de pie.

4. El ancho de vía de 4 pies 8 1/2 pulgadas (o 1,435 mm) es también conocido como 'ancho estándar'. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Ancho_internacional

5. La plaza Baldorioty es hoy conocida como la Plaza de Armas.

6. Calle Brau: Así se denominaba el tramo de la hoy calle San Francisco entre la plaza Salvador Brau y la plaza de Armas.