28 de febrero de 2024

Descarrilamiento en Cuesta Vieja, Aguadilla (7 de noviembre de 1944)

El martes 7 de noviembre de 1944, en horas de la madrugada, el tren número 3 con destino a Ponce se descarriló de manera trágica en las inmediaciones del paso a nivel de la llamada "Cuesta Vieja" en Aguadilla resultando en al menos 11 muertos y más de 41 heridos. Este es sin duda alguna el accidente ferroviario más trágico ocurrido en la historia del ferrocarril en Puerto Rico. El suceso fue cubierto de manera extensa por los medios noticiosos de la isla dejando plasmado para la historia impresiones de la tragedia. A continuación encontrarás varias transcripciones de artículos que recuerdan el suceso acompañado por información sobre las acusaciones en contra del maquinista, datos sobre la locomotora y los vagones y un mapa de la ubicación del accidente.

Figura 1. Artículo en el periódico El Mundo del día 8 de noviembre de 1944.1

Tren quedó destrozado en un desnivel


Once personas murieron y cuarenta y una resultaron heridas al descarrilarse el tren número tres en el desnivel de la Cuesta Vieja, cerca de Aguadilla, a las tres de la madrugada del martes. El tren había salido de San Juan a las nueve de la noche del lunes, rumbo a Mayagüez y Ponce, llevando consigo siete vagones y un número de pasajeros que fue aumentando según se hacía escala en los pueblos de la ruta. (En la página quinta ofrece EL MUNDO amplia información gráfica del desastre.)

La máquina sufrió una terrible explosión al descarrilarse, y el impacto fué tan fuerte que tres de los vagones quedaron convertidos en "fantástico montón de escombros", según informó ayer el corresponsal de EL MUNDO, señor Oscar Valle.

Hasta las 3:45 de la tarde, hablan sido identificados los cadáveres de las siguientes personas:

  • Jorge Arena Ruis, calle Dolores Santiago, de Hato Rey
  • Ramón Ríos Parés, agente de Rentas Internas de Manatí
  • Eusebio Ortíz Rodríguez, de Hato Rey, quien llevaba consigo una cartera de imitación de piel de cocodrilo y un recibo de alquiler de un kiosco en el barrio Buena Vista de Hato Rey
  • Virgilio García Pacheco, de Guayanilla
  • Primitivo de la Torre, de Santurce.1a
Hubo seis varones y cinco mujeres muertos. En una cartera de señora que se encuentra en poder del jefe Guillermo Arroyo, comandante del puesto policíaco de Aguadilla, se encontró una carta dirigida a la señora Rosa Cándida Pérez, do Santurce, así como otras pertenencias. Otras carteras y pertenencias personales se hallan depositadas en el Cuartel de Policía local.

Hoapitalisados


Los pacientes que se encuentran hospitalizados son:
  • Miguel Feliciano, de Yauco
  • Ramón M. Rivera, Ceiba
  • Leopoldo Wells, calle San Pedro, Playa de Mayagüez
  • Carmelo López Aleras, Aguada
  • Víctor de Jesús Rodríguez, Puerto Arturo número 1, Parada 15, Santurce
  • Rafael García, Río Piedras
  • Ramón Ramírez, barrio Melilla, Europa número 38, Santurce
  • José Alfonso Hernández, Calle Iguina, Camuy
  • Raúl Ayala Vega, calle Padia 84, Caguas
  • Samuel Morales, calle Carbonell. Cabo Rojo
  • Mario Valentín Ruiz, calle Christi, Mayagüez
  • Pedro A. González, Buenavista número 10, Mayagüez
  • Wenceslao Román, calle Degetau número 80, Villa Palmeras, Santurce
  • Guillermo Barreto Bonet, barrio Susúa, Sabana Grande
  • Nuncio Morris Ruiz, calle Europa, Santurce
  • Federico Morales Milán, Aguadilla
  • Desiderio Toro Cintrón. calle Concordia. Mayagüez
  • Francisco Figueroa Ramírez, cuartel de la Policía, Yauco
  • Luis Enrique Segarra, Pueblo Nuevo, Cabo Rojo
  • Ramón Navarro González, Avenida Rexach número 6
  • Gloria Santiago, calle León número 2, Mayagüez
  • Manuela Vázquez, calle Millonarios, Parada 27, Hato Rey
  • Elisa Cortés. 12 de Octubre número 5, Ponce
  • Virginia Padín. calle Delicias 22, Santurce
  • Obdulia Ramos, Herminia Palau y mamá, Santurce
Otros heridos graves, según nuestro corresponsal, son:
  • Podro A. Guzmán
  • Ramón Navarro
  • Narciso Morís Ruiz
  • Guillermo Borrero
  • Mercedina Cuevas
  • Ana O. Rosario
  • Lydia Torres Marcial
  • Josefa Román
  • Cristina Méndez
  • Manuela Vázquez
  • Ramón M. Severo
  • Juan Bartolo Rodríguez
  • Juan Milán
  • Carmelo López
  • Guillermo Mercado
  • Sergio Nazario
Figura 2. 'Guillermo Mercado de Aguadilla, uno de los pasajeros, resultó gravemente herido en el incidente... Aquí aparece en el hospital mientras era atendido por su nuera, la señora America Guzmán' Foto El Mundo.1

En la Base Borinquen están hospitalizados otros heridos, entre estos algunos soldados que viajaban en el tren.

Los once cadáveres fueron depositados en el Hospital de Distrito y recibieron servicios religiosos de las hermanitas católicas de Aguadilla. Algunos se encuentran tan desfigurados que se hace imposible identificarlos.

La señorita Marín Elena Forrar, ayudante del superintendente del Hospital, está atendiendo a los heridos. El hospital es visitado constantemente por parientes y amigos de los muertos y heridos. Según informa el señor Valle, “al producirse la catástrofe en la madrugada, las campanas repicaron y hubo una confusión tremenda en la ciudad.”

El accidente


Según la versión policiaca, el accidente ocurrió después de haber hecho el tren una parada en el desvío Jiménez, cerca del paso a nivel de la llamada Cuesta Vieja. Los testigos informaron a la Policía que el tren corría a una velocidad exagerada y al llegar al desvío de Cuesta Vieja no pudo refrenar.”

El primer parte policiaco sobre el descarrilamiento se recibió en el Cuartel General, en Santurce, durante las horas de la madrugada del lunes. La información fué transmitida por el jefe Guillermo Arroyo, y a la hora de su trasmisión, se habían rescatado cuatro cadáveres y más de 30 heridos. "Todavía quedan más muertos y heridos por rescatar", informó el jefe Arroyo. Agregó que el accidente "destrozó la máquina, el vagón de expreso y tres vagones de segunda clase.”

El señor Ettienne Totti, ingeniero jefe de la American Railroad Company, manifestó a EL MUNDO ayer "haberse iniciado por la compañía una investigación del lamentable accidente ocurrido en Aguadilla." Expresó el señor Totti que la Compañía se siente hondamente consternada por los hechos ocurridos, habiéndose dado inmediatamente los pasos necesarios para determinar las causas del descarrilamiento del tren.”

Según nuestro corresponsal, señor Valle, el tren iba retrasado por una hora cuando ocurrió el accidente. Durante las horas de la mañana de ayer el señor Totti todavía no había recibido información precisa sobre el número de muertos y heridos. Agregó que la compañía viene trabajando activamente "para prestar todos aquellos auxilios indispensables a las víctimas de la catástrofe, esperándose reanudar el servicio ferroviario durante el día de hoy.”

Las autoridades militares de la Base Borinquen desmintieron anoche los rumores que circulaban en San Juan y la Isla en cuanto a varios soldados, heridos en el accidente ferroviario de Aguadilla, de quienes se decía habían muerto en el hospital militar de la base. Los cuarteles generales hicieron constar que en el hospital de la base había cuatro soldados heridos y ningún muerto.

En el kilómetro 130 de la ruta, en el cruce Cortés, el maquinista y fogonero del tren número cuatro que se dirigía hacia San Juan, cambiaron con el maquinista y fogonero del número tres, que resultó el accidentado. El nombre del maquinista que conducía el tren descarrilado es José Antonio Román. Mario Valentín Ruiz, de Mayagüez, el fogonero, recibió quemaduras graves y se encuentra hospitalizado.


Un incidente verdaderamente afortunado ocurrió cuando la señora Obdulia Ramos, de Hato Rey salvó a su pequeño hijito Hipólito Rodríguez, lanzándolo al balcón de una casa contigua a la vía en los momentos en que ocurrió el accidente. Ambos, madre e hijo, sobrevivieron al accidente (fig. 3).

Figura 3. La señora Obdulia Ramos, de Hato Rey, salvó a su pequeño hijito... La señora Ramos de Rodriguez sufrió heridas de consideración. La enfermera Julia Ortíz cuida de madre e hijo. Foto El Mundo.1

El día 10 de noviembre el periódico El Mundo reportó la muerte de Mario Valentín Ruiz, fogonero de la máquina accidentada, quien falleció en la madrugada del día 9 a causa de las quemaduras sufridas durante el accidente. Su muerte elevó a doce el total de muertos.2 Antes de morir, el fogonero fue entrevistado por Oscar Valle (corresponsal de El Mundo) a quien le informó que "la locomotora viajaba a una velocidad exagerada cuando ocurrió el descarrilamiento". Valentín Ruiz continuó diciendo que "era imposible reducir la velocidad, y menos cuando se empezaba a descender la cuesta". En cuanto al momento del accidente comentó que "al volcarse, yo caí del lado izquierdo y tuve que gatear por más de cinco minutos para liberarme de morir asfixiado bajo los escombros y el fuego."

En adición se reportó que se habían identificado cinco víctimas de la tragedia que no habían podido ser identificadas inicialmente:
  • Virginia García, de Peñuelas
  • Amparo Rivera, Lajas
  • Lydia Pérez, San Germán
  • Rosa Cándida Pérez, Peñuelas
  • Adela Santos, Guayanilla
Todos los cadáveres fueron sepultados el día 9 ya que se hallaban en estado de descomposición.

En 1982 el accidente fue recordado en el periódico El Mundo. El artículo, aparte de presentar los datos del reportaje original, incluye un relato del accidente visto a través de los ojos de don Esteban Ruiz Rodríguez, un maquinista que viajaba como pasajero la noche de la tragedia. A continuación se incluye una transcripción del relato:

Figura 4. Artículo en el periódico El Mundo del día 21 de noviembre de 1982.3

El día en que se descarriló el tren en Aguadilla; un testigo narra los hechos:3


Don Esteban Ruiz Rodríguez, natural de Aguadilla y con 84 años de recuerdos imborrables, vivió la experiencia para contarlo y 38 años después, aún rememora el incidente. Fue el martes 7 de noviembre de 1944 — día de elecciones en todo Puerto Rico — y don Esteban, maquinista con vivienda en Arecibo, subió al tren número tres, guiado por la locomotora 72 rumbo a Aguadilla, de donde era oriundo, para ejercer su derecho al voto. Don Esteban iba como un pasajero más, pero los acontecimientos lo hicieron adoptar el rol de centinela, y hoy. habiendo sido testigo ocular, relata los hechos.

“El tren iba guiado por Eleuterio Rodriguez, maquinista ponceño, en dirección de San Juan-Mayagüez-Ponce. Había salido a las 9 de la noche de San Juan y había llegado sin contratiempo hasta el barrio Montaña, de Aguadilla, donde se cambió de personal, y tomó las riendas de la locomotora 72 el aguadillano Tony Roman".

En el relato de don Esteban al fotógrafo y coleccionista de fotos antiguas Yuyo Ruiz, le comenta que Tony Roman, quien había subido a la locomotora en San Juan, "fue enviado por un jefe de máquinas de Mayagüez llamado Monsieur Alers, un francés de reconocido talento". Don Esteban quedó perplejo al ver que Roman, "un aprendiz de talleres de Mayagüez”, tomaba las riendas de "La Chiva Loca”, como se le conocía a la locomotora 72, “porque desde que fue traída a Puerto Rico presentó problemas mecánicos con los frenos.”

“La salida de Montaña fue incómoda", recuerda don Esteban, a tal punto que le indago al recoge-boletos por el novato maquinista, terminando por decirle que no creía que podrían llegar salvos a Aguadilla. A esto, le respondió el recoge-boletos: "Que sea lo que Dios quiera”.

La locomotora tardó de siete a 10 minutos en cubrir el recorrido del barrio Montaña al Llano Jiménez, donde hoy se encuentra la urbanización Marbella. Lo correcto al llegar a este punto, hubiera sido que la máquina se detuviera para indagar por teléfono si la vía principal estaba limpia. En cambio, el inexperto Roman optó por silbar el pito, lanzándose la locomotora cuesta abajo hacia la próxima parada de Aguadilla.

Lo indicado, según don Esteban, hubiera sido ir “poco a poco o a paso de hombre”. ya que la pendiente Jiménez o Cuesta Vieja - el próximo tramo a cubrir - demandaba mucha precaución.

Pero el maquinista Román llevaba a La Chiva Loca “a una velocidad imposible”.

Don Esteban: al percatarse del inminente riesgo a que estaban expuestos los pasajeros del tren, comenzó a caminar en retroceso de vagón en vagón.



¿Falla mecánica, error humano o negligencia?


En diciembre de 19454, el maquinista José Antonio Román Seda fue enjuiciado en la Corte de Distrito de Aguadilla. El Fiscal le imputó una infracción al artículo 328 del Código Penal explicando que "el día 7 de noviembre de 1944 en ocasión en que manejaba la máquina que tiraba del tren correo número 3 de la American Railroad Co., lo hizo negligentemente, sin tomar las debidas precauciones para garantizar la seguridad de vidas y propiedades, dando lugar a que dicha máquina se descarrilara en la 'Cuesta Vieja', yendo a chocar con una pared ocasionando la muerte de catorce personas".5 Román Seda fue encontrado culpable de los cargos y fue sentenciado a "tres años de presidio con trabajos forzados."6 No está claro si Román Seda llegó a cumplir parte de su condena pero se sabe que en 1947 el Tribunal Supremo de Puerto Rico vió el caso de Román Seda. En esta ocasión se le acusó de que al entrar a la pendiente de la llamada 'Cuesta Vieja', lo hizo "a velocidad exagerada, rehusando reducir la velocidad de la locomotora y que actuó con negligencia temeraria... Sin tener en cuenta sus curvas e inclinaciones". Los abogados de Román Seda presentaron el argumento de que en Puerto Rico no existía ley alguna que fijara la velocidad máxima a que pudieran correr los trenes en la zona rural. En adición se argumentó que aunque no existía precepto legal, "la seguridad de los pasajeros que conducen y el deber de no hacer daño a otros por descuido o negligencia, exigen de los que conducen los trenes que su velocidad se reduzca hasta donde fuere prudente, de acuerdo con las circunstancias".

El tribunal escuchó declaraciones de los testigos Eleuterio Rodriguez, José Alfonso Ramirez, Susana González y Felipe Morales y tras el estudio del caso contestó de la manera siguiente: "Esta evidencia todo lo que tiende a probar es que en la 'Cuesta Vieja' de Aguadilla el tren venía a una velocidad exagerada, y como consecuencia de esto, uno o dos coches y la locomotora se descarrilaron, yendo a chocar con un árbol, con una casa y con la pared de piedras a lo largo de la vía. De esta evidencia no surge explicación alguna para la supuesta negligencia del acusado. Por el contrario, todos los testigos, excepto José Alfonso Hernández, declararon que hasta que el tren empezó a bajar la cuesta, venía corriendo a moderada velocidad. Solamente el testigo José Alfonso Hernández declaró que al salir del desvío Cortez (nótese que después hizo una parada en el desvío Jiménez) venía un poco más ligero, pero inmediatamente explica su aseveración y dice: 'porque seguramente ese es un sitio de recta, no hay pendiente allí'."

La opinión de la corte continúa: "No hay evidencia alguna de que, mientras manejaba la máquina, las facultades del acusado se hallasen inhibidas por efecto de alcohol o por cualquiera otra causa. Además existe una circunstancia que probablemente no tuvo en cuenta el jurado, y es que el acusado manejaba un tren sujeto a un horario y no aparece que fuese con retraso. ¿Qué interés podía tener el acusado en imprimir velocidad al tren en un sitio de tanto peligro, con riesgo inminente de su propia vida y la de los pasajeros para luego tener que detenerse en Aguadilla hasta que llegara la hora do salir?".

Considera el Tribunal la declaración prestada por el maquinista cuando en una parte de la opinión dice: "Veamos ahora la explicación que nos da el acusado. Declaró éste que al empezar a bajar la cuesta aplicó freno de aire y no le respondió y que hizo cuanto estuvo a su alcance para detener el tren y todos sus esfuerzos fueron inútiles; que al llegar al pasó nivel de Aguadilla notó que uno de los coches de pasajeros dió un halón y oyó el ruido quo hizo al descarrilarse e inmediatamente después la máquina se descarriló también, y no pudo darse cuenta de lo quo sucedió después por haber resultado gravemente herido. "La declaración del acusado no fue contradicha, pues si bien algunos testigos de cargo declararon que no sintieron la aplicación de los frenos, de la prueba de cargo también surge que cuando la bomba de aire se daña, la aplicación de los frenos no hace ruido".

Termina diciendo el Tribunal: "A nuestro juicio, la prueba es insuficiente para sostener un veredicto de culpabilidad en el presente caso. Procede por tanto, revocar la sentencia y declarar absuelto al acusado". Fue ponente en el caso el juez señor De Jesus. El juez Snyder no intervino.

La "Chiva Loca"


Desafortunadamente para todas las personas envueltas en la tragedia en Aguadilla, la llamada "Chiva Loca" no era ajena a los accidentes habiendo sido la actriz principal en el descarrilamiento sobre el viaducto de Guajataca en 1936.8 Copeland (1990) la identifica como una máquina con arreglo de ruedas tipo 4-6-0 manufacturada por la firma Baldwin durante la segunda mitad del año 1927. Se entiende que esta locomotora fue la última en una serie de once máquinas para servicio de trenes de pasajeros adquiridas por la American Railroad en el periodo entre los años 1907 y 1927.9 A diferencia de las locomotoras para trenes de mercancías, las ruedas impulsoras de 50" de diámetro de estas máquinas lograban las velocidades más altas deseadas para los trenes de pasajeros. Según Emilio S. Jimenez (gerente del ferrocarril en 1936), la máquina tenía un valor estimado de unos $30,000 dólares. Se dice que el apodo de la máquina se le atribuye a que desde nueva había tenido problemas con el sistema de frenos de aire haciéndola difícil de controlar. Las declaraciones del  maquinista durante el juicio en la Corte Suprema apuntan a los frenos como la causa de la velocidad desmedida pero desafortunadamente no sabemos si la American Railroad analizó el sistema de frenos o si esos detalles simplemente se han perdido en la neblina del tiempo.

Figura 5. La locomotora número 72, en Aguadilla.

Los vagones de pasajeros


Independientemente de otros factores, en mi opinión, no cabe duda que el tipo de vagones usados en Segunda Clase jugó un papel crucial en el número de muertes. Según el informe de Guillermo Arroyo, jefe de la Policía Insular, "se destrozó la máquina, el vagón expreso y tres vagones de segunda clase". Una de las fotos capturadas para El Mundo muestra el vagón Express y dos coches de pasajeros (fig. 6). En esta foto se puede apreciar como el vagón Express penetró en el vagón que le seguía. De la misma manera se aprecian los daños sufridos por el segundo vagón al chocar con el vagón que le precedía. Una foto de un vagón de este tipo se puede apreciar en la Figura 7.

Figura 6. "Estado en que quedó uno de los coches de pasajeros que se destrozaron
al saltar la vía la máquina 72". Foto El Mundo.1

Figura 7. Vagón de Primera Clase de la American Railroad en servicio en la década de 1940.10

El periódico El Mundo reportó que "el último coche del tren... quedó completamente destrozado" a lo que añadió que los tres coches de segunda eran "del tipo antiguo heredado por la American Railroad Company de la vieja Compañía Francesa" y reportando que "resultaron una pérdida total". Estos coches fabricados en Bélgica a finales del siglo 19 estaban construidos en madera descansando sobre un chasis de hierro por lo que no contaban con la rigidez estructural de los coches de pasajeros construidos en metal en el siglo 20. Los resultados son evidentes en la foto de la figura 8. No es difícil concebir que el número de muertes hubiese sido menor si el tren hubiese contado con coches más rígidos hechos en metal.

Figura 8. Escombros de un vagón de pasajeros.

Mapa de ubicación


Visita la página de los accidentes ferroviarios para conocer más sobre otros sucesos ocurridos en Puerto Rico...< https://sites.google.com/view/redescubriendoapuertorico/ferrocarriles/accidentes-vias-ferroviarias-puerto-rico >

Notas:

1. (1944, noviembre 8). Tren quedó destrozado en un desnivel. El Mundo. A.26, No.10181, p.1,3,16.

1a. Una persona que se identifica como miembro de la familia lo menciona en un comentario en el grupo Historia del Ferrocarril en Puerto Rico en Facebook con el nombre Primitivo Muñíz Latorre.

2. (1944, noviembre 10). Falleció otro de los heridos de Aguadilla. El Mundo. V.X, No.X, p.5.

3. (1982, noviembre 21). El día en que se descarriló el tren. El Mundo. A.63, No.278, p.1,17a.

4. (1945, diciembre 18). Condenan maquinista que participó en la tragedia de Aguadilla. El Mundo. A.27, V.10440, p.4.

5. El noticia de la sentencia de Tony Román menciona que hubo 14 muertos lo que sugiere que dos personas murieron posterior al reportaje del día 10 de noviembre del 1944.

6. La noticia de la sentencia menciona que Tony Román fue condenado a 3 años de presidio pero la noticia de 1982 menciona que fue sentenciado a 10 años. No está claro cual noticia tiene los datos correctos.

7. (1947, febrero 14). Corte Sprema absuelve al maquinista Román. El Mundo. A.28, No.10857, p.4.

8. El artículo sobre el descarrilamiento sobre el viaducto de Guajataca está disponible en: https://redescubriendoapuertorico.blogspot.com/2023/11/accidente-viaducto-guajataca-1936.html

9. Copeland, P. Allen. (1990, septiembre 4). Locomotive Rosters – Railways of the West Indies, Part IV, Puerto Rico. [Documento digital].

10. John W. Barriger III National Railroad Library. (2014, febrero 3). "1-10 1st Class wood passenger car #AA-2 - steel underframe". [Imagen Digital]. Flickr. Yahoo! Inc. Consultado. 5 de noviembre de 2016.